El desarrollo y madurez de tu hijo/a dependen de la adquisición de diferentes metas a escala psicomotora, emocional y neuronal. Después de la valoración tenemos mucha información de las adquiridas y las que no.

 

Si hemos observado que existe alguna inmadurez, iniciamos un programa personalizado de sesiones con ejercicios que permiten a los niños avanzar en su desarrollo.

 

Los ejercicios pueden ser de estimulación y/o integración sensorial, reflejos primitivos o psicomotricidad, además de juegos rítmicos, cuentos e historias sanadoras, actividades artísticas y expresión.

 

A medida que se van adquiriendo los logros y el niño ya se muestra más seguro y capaz de realizar los ejercicios propuestos, realizamos la reeducación necesaria en lenguaje, cálculo, o ambas, según las dificultades que presentan en la escuela.

 

Todas las actividades de la reeducación se introducen progresivamente, primeramente de forma experiencial y vivencial, y poco a poco se van realizando ejercicios y actividades más académicas.

 

En muchos casos, una vez trabajadas las metas de desarrollo, se observa un cambio generalizado en el que no es necesario llevar a cabo la parte de reeducación académica porque con lo que se ha hecho en el centro y lo que se ha trabajado en la escuela es suficiente.